Bodega Pazo Baión
Un viaje por una
propiedad única
Descifrar la historia de la finca es un ejercicio fascinante. Un relato que recorre siglos de oro y de oscuridad hasta llegar al presente, a un proyecto vitivinícola único que ofrece cultura, arquitectura y, por supuesto, los mejores vinos albariños
Cinco siglos rodeados de viñedos
En el universo del vino, el tiempo es un regalo. La confirmación de un trabajo bien hecho. Por eso el de Pazo Baión es un proyecto vitivinícola singular. Distinto. Que bebe de cinco siglos de historia para construir un legado que habla de cultura y arquitectura, pero sobre todo de vinos albariños. Al fin y al cabo, las primeras referencias bibliográficas sobre la propiedad datan del siglo XVI, por aquel entonces bajo la titularidad de los señores de Sarmiento.
Es este un viaje que recorre la historia de Galicia. De sus familias más poderosas. Como los Figueroa o los Sarmiento, titulares del pazo hasta que en el siglo XVIII pasó a manos de los Condes de Priegue. Pero es, por encima de todo, un relato de incalculable valor sobre la cultura del vino en las tierras de Breogán. No en vano, hay testimonios documentales fechados en 1731 que certifican el cultivo de vides en la finca, con total seguridad, viñedos de albariño. Una vocación que ha permanecido hasta nuestros días.
A comienzos del siglo XX, Don Adolfo Fojo Silva, un acaudalado emigrante gallego retornado de Argentina, compra la propiedad y pone en marcha una ambiciosa reforma del antiguo pazo. Deja atrás la sobriedad de los siglos anteriores para construir las dos torres de corte victoriano, una bodega, vaquerías…
Por aquel entonces, la mayor parte de la superficie de la finca se destinaba al cultivo de cereal y al pasto del ganado. El vino, con todo, seguía estando presente. Los propietarios mantenían una notable producción para posteriormente destinarlo a la comercialización.
Fue en los años 70 cuando los últimos herederos de Don Adolfo Fojo venden el pazo a una sociedad que, además de instalar en la finca una de las más modernas industrias lácteas de Galicia, realiza la primera plantación técnica de albariño de Rías Baixas. Un viñedo que se acabaría convirtiendo en una referencia para los profesionales del sector.
A comienzos del siglo XX, Don Adolfo Fojo Silva, un acaudalado emigrante gallego retornado de Argentina, compra la propiedad y pone en marcha una ambiciosa reforma del antiguo pazo. Deja atrás la sobriedad de los siglos anteriores para construir las dos torres de corte victoriano, una bodega, vaquerías…
Por aquel entonces, la mayor parte de la superficie de la finca se destinaba al cultivo de cereal y al pasto del ganado. El vino, con todo, seguía estando presente. Los propietarios mantenían una notable producción para posteriormente destinarlo a la comercialización.
Fue en los años 70 cuando los últimos herederos de Don Adolfo Fojo venden el pazo a una sociedad que, además de instalar en la finca una de las más modernas industrias lácteas de Galicia, realiza la primera plantación técnica de albariño de Rías Baixas. Un viñedo que se acabaría convirtiendo en una referencia para los profesionales del sector.
Finalmente, y tras pasar por las manos de diferentes propietarios, el 16 de julio del 2008 Adega Condes de Albarei adquiere la bodega Pazo Baión. Arrancaba entonces la era de mayor esplendor. Una etapa caracterizada por el ambicioso proyecto con el que desembarcaron los nuevos propietarios. Un proyecto sustentado sobre tres pilares fundamentales:
- La elaboración de albariños de extraordinaria calidad a partir de un concepto de vinos de pago.
La creación de un centro de enoturismo de referencia. - El impulso a un ambicioso programa social.
Todo, a partir de una recuperación arquitectónica ejemplar que pondría en valor el incalculable patrimonio cultural e histórico que se puede visitar en las 22 hectáreas de superficie de la finca.
30
Hectáreas Finca
22
Hectáreas Superficie de viñedo
5
Siglos historia
Porque ese es, quizás, el elemento central del actual Pazo Baión. La enorme cantidad de puntos de interés que ofrece al visitante. La ejemplar recuperación arquitectónica llevada a cabo por César Portela ha permitido rescatar y valorizar un complejo que encierra cinco siglos de historia y una forma de concebir el mundo del vino a partir de términos como excelencia, calidad, originalidad…
Los vinos de la bodega Pazo Baión son hoy referencias indiscutibles dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas. Albariños avalados por la crítica y el público. Distintos. Origjnales. Genuinos. La consecuencia directa de una forma fascinante de entender este universo.
El tercer pilar del proyecto camina en esa misma dirección. Hacia esa forma de hacer las cosas de una forma distinta. El compromiso social. El 5 % de las ventas de los albariños de Pazo Baión se destinan a programas de prevención contra las drogas. Paralelamente, la bodega lleva a cabo cada año un notable esfuerzo empresarial para colaborar en la reinserción sociolaboral de ex drogodependientes. Una contribución de enorme valor colectivo.
Si a todo ello le añadimos el ambicioso trabajo para convertir la propiedad en un proyecto de enoturismo de referencia a nivel mundial (en el 2016 fue reconocido como Mejor Rincón Enoturístico de España), además de la creación de una línea de eventos que aprovecha el singular valor arquitectónico y cultural de Pazo Baión, logramos cerrar un círculo virtuoso. Un proyecto que nació hace cinco siglos pero que, hoy, está más vivo que nunca. Que es, en definitiva, pasado y presente de los vinos albariños.