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La variedad de uva albariño se cultiva en las Rías Baixas desde hace miles de años para elaborar vinos frutales que destacan por su frescor
«El albariño no se bebe para olvidar, sino para recordar». O eso creía Álvaro Cunqueiro, uno de los grandes novelistas gallegos del S.XX y un amante de los vinos elaborados con la variedad de uva albariño. Este gran escritor gallego fue un extraordinario embajador de la uva albariño antes de que se convirtiera en una variedad aplaudida y valorada en el mundo entero.
Cunqueiro se quedaría perplejo al comprobar que, hoy en día, es posible beber un Rías Baixas elaborado única y exclusivamente con uva albariño en cualquier parte del mundo, desde Tokio hasta Los Ángeles.
Quizás, le gustaría menos comprobar que sus teorías mitológicas sobre el origen de la uva albariño han sido desmentidas por las investigaciones científicas.
Sea como fuere, resulta innegable que las últimas décadas han supuesto una auténtica revolución en el cultivo de una variedad de uva con miles de años a sus espaldas.
Por eso, a continuación vamos a hacer un recorrido por la historia, características y futuro de la uva albariño.
Mitos y leyendas sobre su origen
Pocas cosas nos gustan más a los seres humanos que inventarnos historias y transmitirlas de generación en generación. Gracias a ello, los grandes relatos mitológicos de la Grecia clásica han podido llegar a nuestros días. La uva albariño no se ha escapado de esta pulsión humana. De hecho, a lo largo de los años se han construido varias historias en torno a su origen.
La más famosa de todas ellas sostiene que la uva albariño llegó a Galicia en el S. XII procedente de las orillas del Rhin. Su portador fue un monje de la Orden de Cluny que llevó la cepa de albariño hasta el monasterio de Armenteira, donde de procedió a plantar las primeras vides de uva albariño.
El propio Álvaro Cunqueiro relató una historia similar, sin embargo, el autor defendía que el origen de la uva albariño no había que buscarlo en la Orden de Cluny, sino en la Orden del Císter. Las teorías monacales se vieron alimentadas, en gran medida, por la explosión del Camino de Santiago como ruta comercial y la importancia de los monjes en su protección y explotación.
Pero no solo los monjes fueron protagonistas de los mitos sobre el albariño. Otra de las leyendas sobre la uva albariño sostenía que su llegada a las Rías Baixas se había producido un siglo antes, de la mano de Raimundo de Borgoña, consorte de Urraca de Castilla y que viajaba habitualmente a Caldas de Reis por sus aguas termales.
Durante años, también se situó el origen de la uva albariño en Grecia, desde donde la habrían traído a Galicia navegantes ingleses, o incluso, se apuntó a que esta variedad podía proceder del pueblo fenicio.
Sin embargo, en 2020 se hizo público un descubrimiento que cambió para siempre la historia de la uva albariño: se encontraron semillas fechadas entre los siglos II y IV d.C. que guardan una enorme similitud con el albariño actual, de ahí que los científicos las consideren como las antepasadas directas de la uva albariño que se cultiva hoy.
Una variedad autóctona domesticada ¿e hibridada? en Gallaecia
Las semillas fueron descubiertas en O Areal, una zona de Vigo en la que, en tiempos romanos, existía una imponente salina desde la que se exportaba sal a todo el Imperio Romano.
Este descubrimiento evidencia, en primer lugar, que la uva albariño ya existía en Gallaecia. Además, su similitud con la uva actual y la preponderancia de esta en todas las Rías Baixas lleva a los investigadores a suponer que:
- No se trata de una variedad importada de otras regiones del Imperio Romano, sino que las vides eran silvestres en las Rías Baixas y el norte de Portugal.
- Que la variedad silvestre fue domesticada en Gallaecia gracias a los conocimientos de los romanos, un pueblo pionero en el cultivo de la vid y la elaboración de vino.
- Que, quizás, los romanos pudieron hibridar las vides autóctonas con otras provenientes de diferentes regiones del Imperio que ya habían demostrado un buen nivel de productividad en sus zonas de origen.
Sea como fuere, el análisis de las semillas demuestra que la uva albariño ya se cultivaba hace 2000 años en las Rías Baixas y, por ende, amplía la historia del vino en Galicia hasta la época romana.
La importancia de pazos y monasterios
Si algo nos demuestran las leyendas sobre la uva albariño es que los monasterios fueron claves a la hora de cultivar la vid y elaborar vino durante muchos siglos.
De hecho, los historiadores han podido constatar que el cultivo de la vid fue impulsado a lo largo de toda la Edad Media, pero también durante la Edad Moderna, por los monasterios, los castillos y los pazos, como Pazo Baión.
Es más, mientras los pequeños propietarios se dedicaban a cultivas uvas tintas, en los monasterios y en los pazos se cultivaban uvas blancas como el albariño. En gran medida, porque se creía que los vinos blancos eran más refinados que los tintos, que formaban parte de la dieta básica de los campesinos. Además, la uva albariño era muy aromática, lo que permitía elaborar vinos con un intenso perfume varietal.
A finales del S. XV, el comercio del vino en Pontevedra suponía el 40% de la recaudación impositiva de la ciudad y los vinos gallegos no solo se comercializaban en la península, sino que viajaban al norte para venderse en Inglaterra, Bretaña o Flandes.
Incluso en los momentos de crisis, como la concatenación de las plagas de la vid que se produjo en el S. XIX, los monasterios y los pazos jugaron un papel fundamental, protegiendo las variedades autóctonas como la uva albariño e implementando técnicas innovadoras para el cuidado de las vides, la lucha contra las enfermedades y la elaboración de vinos de gran valor.
Características básicas de la vid y la uva albariño
¿Cómo son las vides que producen la variedad albariño? ¿Qué características podemos destacar?
- Su cepa es vigorosa y presenta una elevada fertilidad en lo relativo a las yemas. Esto implica que estas vides se adaptan bien a podas largas y sistemas de conducción elevados, de ahí que el emparrado sea el sistema de conducción mayoritario en los viñedos de uva albariño.
- Estas vides son sensibles al mildiu, por lo que se debe realizar un trabajo continuo para prevenir la aparición de esta enfermedad que puede afectar a la vid y a la uva.
- Su clima ideal es el propio de las Rías Baixas: temperaturas suaves gracias a la proximidad del mar, lluvias abundantes y ambientes soleados.
- En lo relativo al suelo, este debe ser arenoso, ligeramente ácido y derivado de rocas graníticas.
En cuanto a las características de la uva albariño, podemos destacar:
- Los racimos son pequeños y semisueltos.
- Las uvas tienen un tamaño medio con forma ovoide.
- Las bayas tienen una capa de pruina que facilita la retención de las levaduras que juegan un papel esencial en la fermentación del mosto.
- El color de las uvas va del verde al amarillo.
- La piel de las bayas es de grosor medio, mientras que la pulpa es jugosa.
- Los hollejos de la uva albariño contienen una gran cantidad de aromas, de ahí que a la hora de elaborar los vinos se realicen maceraciones prefermentativas en frío.
- Su riqueza en ácidos es muy superior a la que presentan otras variedades y su nivel de azúcar es excelente.
Todas estas características han llevado a los expertos vitícolas a considerar a la uva albariño como la variedad de uva blanca de mayor calidad del panorama nacional y a situarla como una variedad de enorme prestigio en todo el mundo.
Las Rías Baixas, el hogar de la uva albariño
La uva albariño se cultiva, principalmente, en el territorio que hoy conforma la Denominación de Origen Rías Baixas. De hecho, el 95% de las uvas blancas que se recogen en los viñedos de la DO son albariño, aunque existen otras uvas autóctonas como la treixadura, la loureira o la caíño blanco.
Asimismo, la DO Rías Baixas se divide en cinco subzonas:
- Val do Salnés. Es la gran subzona de la DO y donde se concentra el mayor volumen de producción de uva albariño en todo el mundo.
- Condado do Tea.
- O Rosal
- Ribeira do Ulla
- Soutomaior.
En 2023, se recogieron en toda la DO Rías Baixas casi 45 millones de kilos de uvas.
¿Y qué pasa con el norte de Portugal? ¿Al otro lado del Miño también se cultiva la uva albariño?
Uva albariño ¿o alvarinho?
En la región de Melgaço y Monção, separada de Galicia por el Miño, se cultiva, también, la uva albariño. Si bien, en Portugal es conocida como alvarinho.
Si en Galicia tenemos la DO Rías Baixas, en territorio portugués, el cultivo de la variedad albariño se lleva a cabo en la DO Vinho Verde, cuya subzona más al norte es, precisamente, la región de Melgaço y Monção. Sin embargo, mientras en la DO Rías Baixas el albariño es la variedad reina indiscutible, en la DO Vinho Verde, solo es preponderante en Melgaço y Monção.
Precisamente, en Monção se celebra anualmente la Feira do Alvarinho, que congrega a miles de personas para catar los alvarinhos elaborados en esta zona del valle del Miño. Una celebración que nos recuerda, como no podía ser de otra forma, a la Festa do Albariño que tiene lugar en Cambados, la capital de O Salnés.
¿En qué se diferencian los albariños gallegos de los alvarinhos portugueses? Aunque la variedad de uva es la misma, existen pequeñas diferencias asociadas al clima, al terroir o al sistema de conducción de la vid.
Cómo son los vinos albariños
Si antes describíamos cuáles son las características fundamentales de la uva albariño, ahora debemos centrarnos en cómo son los vinos albariños monovarietales, es decir, en los que solo se emplea esta variedad:
- Presentan un color amarillo con tonos dorados y, en algunos casos, verdosos.
- Tienen un intenso perfume varietal, como consecuencia de la potencia aromática de la uva albariño.
- Son frutales, cítricos y florales.
- Tienen una gran personalidad y cuerpo.
- Son equilibrados y presentan una acidez notable.
- Resultan melosos, untuosos y persistentes.
Estas características han sido claves para que los Rías Baixas se hayan consolidado en las últimas décadas como unos de los vinos blancos más preciados por los amantes del vino a nivel global.
Así, actualmente, los vinos albariños se codean de tú a tú con los chardonnay o los sauvignon blanc.
La uva albariño ya es global
Aunque la uva albariño sea originaria de las Rías Baixas y en esta denominación de origen concentre la mayor producción de esta uva, lo cierto es que la variedad es cultivada en otras regiones gallegas, como el Ribeiro o las Ribeira Sacra. Así, tanto en estas denominaciones de origen como en las propias Rías Baixas podemos encontrar coupages que combinan albariño con loureira, treixadura o godello.
Más allá de la presencia de la uva albariño en Galicia y el norte de Portugal, lo cierto es que el prestigio de esta variedad ha provocado que se planten vides albariño por todo el mundo. Diversas bodegas españolas han introducido el albariño en sus viñedos, pero también lo han hecho bodegas de las regiones vitícolas más importantes del planeta como Burdeos en Francia o Monterrey en California.
Sin obviar que las vides de albariño también se pueden encontrar a decenas de miles de kilómetros de distancia en Chile, Argentina, Australia o Nueva Zelanda.
Que la vid y la uva albariño hayan podido recorrer todo el mundo solo es posible gracias a su inmensa capacidad de adaptación a diversos climas y terrenos.
El futuro del albariño
La puesta en marcha de la DO Rías Baixas a finales de los años 80 del siglo pasado supuso una revolución en el cultivo de la uva albariño y en la elaboración de vinos empleando esta variedad. Según datos de la propia denominación de origen, en 1975 se destinaban en las Rías Baixas tan solo 200 hectáreas a cultivar uvas albariño. Hoy, en día ya se superan las 4.000 hectáreas y el Plan Director de la DO prevé que para 2030 se cultiven hasta 5.000 hectáreas de albariño que sean capaces de producir 50 millones de kilos de uvas.
Más allá del aumento de la producción, las otras claves del futuro de las uvas y los vinos albariños son:
- La innovación y la investigación para sacarle el máximo partido a la uva albariño, cuidar a las vides garantizando su longevidad y elaborar vinos sorprendentes y rompedores.
- La sostenibilidad.
- La internacionalización. Actualmente, el 30% de los Rías Baixas se exportan a países como Estados Unidos o el Reino Unido. En los próximos años se buscará reforzar este proceso de internacionalización incrementando la presencia de los albariños en otros mercados.
- La calidad. La consagración de los albariños en el universo vitícola se debe a su capacidad de potenciar las bondades de la uva albariño. Las bodegas de la DO Rías Baixas están haciendo un enorme esfuerzo por cuidar hasta el último detalle de las uvas y del proceso de elaboración de sus vinos.
Rías Baixas 100% elaborados con uvas albariño recogidas en una única propiedad
Precisamente, esta apuesta por la calidad y por los vinos premium se pone de manifiesto en Pazo Baión, la única bodega de la DO Rías Baixas que elabora albariños de pago. O, lo que es lo mismo, vinos monovarietales que se confeccionan empleando, única y exclusivamente, las uvas que se recogen de los viñedos de la propiedad de Pazo Baión.
¿Qué implica esto? Que los equipos de viticultura y enología de la bodega controlan todos y cada uno de los aspectos del ciclo de vida de las vides, incluyendo la poda invernal, y cuidan de manera continua a las uvas desde la floración de las vides hasta la vendimia.
De tal manera que los profesionales conocen a la perfección peculiaridades de cada parcela, las necesidades de cada vid y las características de las uvas que nacen de ellas.
Esta información es esencial para elaborar tres albariños que son pura orfebrería como Gran a Gran, Vides de Fontán y Pazo Baión, el Mejor Vino Blanco Joven de España en 2024.
En definitiva, la uva albariño es una variedad autóctona de Galicia que tiene a su espaldas una historia milenaria y que se encuentra, hoy en día, en su mejor momento, gracias al avance de la tecnología y las innovaciones científicas. Tal es así que tanto las vides de albariño como los vinos de la DO Rías Baixas se han exportado a medio mundo, para hacer las delicias de los amantes del vino.