Pazo Baión produce unas 6.000 botellas al año de un vino único, extraordinario por su estructura y sabor en boca, elaborado con la uva de las parcelas más altas de la finca
Hay vinos, pocos, que son mucho más que eso. Representan un legado. Una forma de hacer las cosas. De entender el mundo al que pertenecen. Pazo Baión Vides de Fontán es un ejemplo de ello, un albariño en las alturas que desembarcó en los mercados hace apenas dos años, tiempo suficiente para conquistar a crítica y público.
Vides de Fontán es un producto único. Extraordinario. Un albariño que es en realidad la epítome de los albariños. Quizás la culminación de un proyecto que, desde el primer día, vino al mundo para poner en valor la genuina identidad de un pazo que ha recorrido cinco siglos de historia.
Al fin y al cabo, los antecedentes de Pazo Baión se remontan al siglo XVI en la propiedad bautizada entonces como Casa de Fontán. Y de la que se conservan testimonios escritos que certifican el cultivo de vides alrededor de 1731, vides blancas, seguramente albariño.
De este legado bebe Vides de Fontán, una creación de los enólogos José Hidalgo y Andrea Obenza. Una auténtica maravilla elaborada con la uva procedente de las parcelas más altas de la finca de la que únicamente se producen unas 6.000 botellas al año. Las primeras salieron al mercado en el 2019 con la añada del 2016.
Porque esta es una de las singularidades de este albariño. Sus tres años de crianza. Una decisión tan extraordinaria como arriesgada en una denominación de origen que siempre se ha caracterizado por alumbrar vinos más jóvenes. La apuesta, no hay lugar a dudas, ha valido la pena.
Vides de Fontán , el proceso
Vides de Fontán es el resultado de una crianza distinta. Y no solo por el tiempo. También por que la materia prima con la que se elabora este vino de pago recorrerá distintas fases hasta alcanzar su auténtica personalidad.
En la primera, dos terceras partes de la uva seleccionada fermentarán en tinos de roble francés, en los que permanecerán para su crianza durante un año, mientras que la parte restante lo hará en acero inoxidable antes de pasar a un huevo de hormigón para ser sometido a una crianza de un año.
Al cabo de ese tiempo, las tres partes se reunirán en un depósito de acero inoxidable durante un año más. Ya solo faltará el embotellado, donde el vino permanecerá otro año hasta acabar en manos de los amantes de este mundo.
Un público que se ha dejado seducir por este vino graso, de gran estructura, apto para maridar con pescados, tan propio de los albariños, pero también con carnes o platos más sofisticados.
Una elaboración prémium que la crítica ha saludado con la certeza de que les estaban presentando un regalo. No en vano, Pazo Baión Vides de Fontán ha recibido altísimas puntuaciones en la mayoría de las guías especializadas (Peñín ha situado a este albariño en su podio con 95 puntos), cumpliendo así con todas las expectativas que se habían generado.
Es, en definitiva, un albariño en las alturas.
Nota de cata
Vides de Fontán es un vino de color amarillo brillante con reflejos verdosos. Con un destacado carácter varietal, aflora la presencia de aromas de flores blancas (azahar y jazmín), frutas de hueso y cítricos, con otras notas de tostados y especiados.
En boca es un albariño fresco y equilibrado, con gran estructura, graso, envolvente, mineral y de largo desarrollo en boca. Un vino que ofrece un final persistente y muy aromático que combina las notas de la crianza con las varietales.
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