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Celebrar una boda en Galicia en otoño tiene numerosas ventajas tanto a nivel de organización, como en lo referente a la estética, las fotografías o el menú
El verano se aleja por el retrovisor a la misma velocidad en la que nos adentramos en la nueva estación. Decimos adiós a las vacaciones en la playa, a las fiestas populares y a las tardes en la piscina, pero también a la época en la que se celebran la mayoría de las bodas. Aunque tomar el sol en la playa, las fiestas patronales y la piscina al aire libre sí son cuestiones puramente estacionales, las bodas se pueden organizar en cualquier momento del año. Lo importante no es la fecha, sino la magia que se genere ese día.
Por eso, debemos poner en valor el discreto encanto de una boda en Galicia en otoño. Un esplendoroso ritual de amor adornado por una hermosa paleta de colores naturales.
Precisamente, la naturaleza otoñal presenta una belleza que la diferencia del resto de estaciones del año. Los plazas naturales no tienen ni los tonos fríos del invierno, ni los verdes intensos de la primavera y el verano. En su lugar hay un magma compuesto por múltiples tonalidades. Desde el rojo hasta el amarillo, pasando por el naranja, el ocre o el marrón. ¿Qué mejor telón de fondo para un esplendoroso vestido blanco que esta sensacional gama cromática?
Pero los discretos encantos de una boda en Galicia en otoño no se limitan a los colores de la madre naturaleza, sino que van mucho más allá. Desde un mayor número de facilidades para organizar la ceremonia hasta el diseño del menú.
Hoy vamos a contaros seis motivos por los que organizar una boda en Galicia en otoño puede ser una fantástica idea para celebrar el amor de la pareja que va a unir oficialmente sus destinos.
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Mayor libertad y disponibilidad
La consecuencia directa de que la mayoría de las bodas se concentren en julio y agosto es que los pazos, servicios de catering y restaurantes tienen una enorme demanda. Pero también los fotógrafos, los wedding planners y otros muchos servicios que entran en juego en la organización de un evento tan especial.
Si esto que venimos de señalar está vigente desde hace décadas, lo cierto es que el incremento de bodas tras la pandemia ha magnificado estas cuestiones.
Al fin y al cabo, en 2022 no solo se ha recuperado la cifra de bodas pre-pandemia, sino que las cancelaciones y retrasos generados por ésta ha provocado que se hayan registrado datos récord.
Así las cosas, el otoño se vuelve una opción perfecta para poder organizar la boda en Galicia perfecta. Las parejas podrán diseñar la celebración a su gusto, disponer de todos los servicios que más les gusta y escoger la fecha sin tener que hacer encaje de bolillos o pelearse con otros futuros matrimonios.
El clima
Muchas parejas deciden casarse en julio o agosto por el clima. El calor veraniego invita a estar al aire libre y a dejar los paraguas y los abrigos guardados en el armario.
Pero si algo nos han demostrado las olas de calor que hemos sufrido este verano, es que estos meses pueden hacernos sudar de lo lindo. Y a nadie le gusta tener que ir a una boda y pelearse con las altas temperaturas. Los hombres no aguantan las corbatas, a las mujeres les comienzan a resbalar los pies en los zapatos…
En cambio, en otoño, el clima es mucho más suave. No hace el frío del invierno, pero tampoco se alcanzan las tórridas temperaturas del verano.
Hay que reconocer que quizás pueda hacer falta una chaquetita si el día amanece nublado o corre el viento. Y que los hombres pueden desear permanecer con la americana puesta. Pero un poquito de fresco llegado un punto de la celebración… hasta se agradece.
Así que la climatología y las temperaturas, lejos de ser un hándicap son una ventaja a la hora de decidir organizar una boda en Galicia en otoño.
La luz y las fotografías
A nadie se le escapa que una de las claves de una boda en Galicia en otoño, en verano o en la estación que sea, es el reportaje fotográfico.
Las imágenes ayudan al ser humano a expresarse y a fijar sus recuerdos. Una práctica que ya llevaban a cabo nuestros antepasados y que nosotros continuamos haciendo hoy en día. Las fotos son documentos muy importantes para construir nuestra memoria.
El día en que se casa, una pareja tiene que estar pendiente de mil cuestiones a la vez. Es posible que el vendaval de emociones se lleve consigo algún recuerdo. Sin embargo, gracias a las fotografías, podrán reconstruir lo que sucedió en su día más romántico y especial.
Pues bien, lo más importante a la hora de sacar una fotografía es la luz. Sin luz no hay imágenes. Y no hay una luz más bella en todo el año que la luz del sol en otoño. Durante estos meses los rayos del astro sobre el que orbitamos adquieren un color dorado mágico. De una belleza sin igual en cualquier otra estación.
Por eso, si quieres que tu reportaje fotográfico sea merecedor de una medalla de oro a la excelencia estética, no lo dudes, nada como celebrar una boda en Galicia en otoño.
Los paisajes naturales que pueblan una boda en Galicia en otoño
Al inicio de este artículo hicimos hincapié en que uno de los elementos clave detrás del discreto encanto de una boda en Galicia en otoño son los colores que adquieren los paisajes de nuestra comunidad.
Los verdes montes del verano mutan su color dando paso a mantos kilométricos en los que el verde se fusiona con el ocre o el amarillo. Un auténtico espectáculo visual que no dejará indiferentes ni a los invitados de aquí, ni, mucho menos, a los de fuera.
En la primavera y en el otoño somos plenamente conscientes de lo poderosa que es la naturaleza. De todos los enigmas que esconde y que somos incapaces de descifrar. El otoño nos recuerda que el tiempo es fugaz y que hay que vivirlo al máximo. Y qué mejor enseñanza que esa para un día que gira en torno a dos personas que se entregan la una y la otra para intentar ser muy felices juntos hasta que el tiempo los alcance.
Si esto fuera poco, los colores del otoño convierten a plazas naturales sobrecogedores como los de Pazo Baión en el mejor escenario para celebrar el amor… y para capturarlo a través de fotografías y videos.
En una boda en Galicia en otoño, naturaleza y estética se dan la mano para redondear un evento que tiene que ser perfecto.
Los manjares culinarios
Como todo buen chef sabe, una de las bases de la cocina es aprovechar siempre los productos de temporada. Las fresas están muy ricas, pero quizás no son la fruta ideal para un postre de septiembre. En cambio, las castañas pueden dar pie a auténticas delicatessen tanto dulces como saladas para confeccionar el menú de una boda en Galicia en otoño perfecto.
Pazo Baión tiene la suerte de estar situado a los pies de la despensa marina de Europa, la ría de Arousa, que nos provee del mejor pescado y marisco.
Además, el otoño es la época en la que, tradicionalmente, los hogares gallegos elaboraban sus licores, tras la vendimia, y procedían a poner fin a la crianza de los cerdos.
Por otra parte, las terneras gallegas se ponen las botas en los pastos rejuvenecidos tras las lluvias otoñales y algunos de los árboles más característicos de los paisajes gallegos como los castaños, los nogales o los manzanos dan sus deliciosos frutos.
Decidir celebrar una boda en Galicia en otoño no solo significa apostar por paisajes de ensueño, sino también por menús gloriosos, capaces de convertir las mejores materias primas en manjares.
El sosiego
A (casi) todos nos encanta el verano, con su vibrante vida social y sus días largos. Pero resulta difícil, también, no llegar al otoño con ganas de un poco de sosiego.
Encadenar celebración tras celebración durante julio y agosto, produce dos consecuencias en nuestro interior. Por un lado, nos genera cierto cansancio. Tanto físico como mental. Ni nuestro cuerpo ni nuestro cerebro tienen tiempo para reposar.
Por otro lado, provoca que no valoremos como se merecen acontecimientos tan importantes como una boda.
En cambio, en medio del sosiego otoñal, una boda es un evento que nadie se quiere perder y que todo el mundo quiere disfrutar al máximo.
Dicho de otra forma, una boda en Galicia en otoño puede brillar con luz propia. Una luz que, irremediablemente, será tan dorada como la del sol a estas alturas del año.
Pazo Baión, un paraíso conquistado por el otoño
La transición entre el verano y el otoño está marcada, en Pazo Baión, por la vendimia. Una vez que ésta finaliza, nuestra finca comienza a ser conquistada por el otoño.
El verdor preponderante, va dejando paso a los naranjas, amarillos, ocres y rojos otoñales. El resultado es un mosaico de múltiples colores que parece, casi, un cuadro impresionista. Si Monet pudiese contemplar los paisajes de Pazo Baión se vería obligado a desenfundar su pincel y entregarse al arte.
Además, el microclima de nuestra finca, próxima a la ría pero protegida frente a ésta provoca que en otoño las temperaturas sean agradables, huyendo del frío que puede hacer en otros lugares.
Si todo esto fuese poco, en Pazo Baión tenemos, durante todos los meses del año, nuestros albariños de pago con cinco siglos de historia.
Tres Rías Baixas que rebosan personalidad y estructura y que destacan por su perfume varietal y su largo desarrollo en boca. No solo las fotos fijan nuestros recuerdos, los mejores vino también pueden hacerlo.
En definitiva, aunque está muy arraigada la costumbre de casarse en verano, lo cierto es que una boda en Galicia en otoño puede convertirse en la mejor de las celebraciones. Un auténtico deleite para los sentidos que ensalzará, aún más, el amor que se profesa la pareja y la felicidad de todos sus invitados.